Son las las diez de la noche y hagas lo que hagas no consigues que tu hijo se duerma. Tal vez te cueste trabajo marcarle una hora para acostarse. Sin embargo, es importante que le acostumbres a irse a la cama a una hora determinada pues, de lo contrario, tu hijo podría verse afectado. 

Científicos afirman que aquellos niños de tres años que se acuestan tarde muestran problemas para concentrarse, leer, comprender temas de matemáticas y de conciencia espacial en un futuro. Por lo que, se demuestra que generarles una rutina de sueño es vital para su bienestar. 

La falta de sueño puede afectar al cerebro y provocar dificultades de aprendizaje en menores de tres años. A esta conclusión llegaron tras estudiar a 11 mil niños de 3, 5 y 7 años, de Reino Unido. 

Mientras los niños de 5 y 7 años que dormían en horarios irregulares no mostraban alteraciones, los niños de 3 años se veían afectados en las áreas antes mencionadas, pues este período es sensible para el desarrollo cognitivo. 

Lee con tu hijo, apaga las luces y ayúdale a habituarse a una hora establecida para dormir. Las horas recomendadas van de las 19:30 a las 20:30 horas. Cuanto más pequeño adquiera esta rutina, mejor.