Dormir y descansar, aunque a priori pueden parecer sinónimos, no significan lo mismo y por supuesto, no siempre van de la mano. El presente artículo pretende ayudarte a conciliar el sueño gracias a unos sencillos consejos que huyen de  recurrir a posibles fármacos y tienen que ver con la alimentación. Os contamos qué comer antes de dormir para descansar cuerpo y mente.

Qué comer antes de dormir, es una de las preguntas que más respuestas ha admitido durante la última década, teniendo en cuenta la influencia que algunos tipos de alimentos tienen sobre nuestra capacidad de inducción al sueño, acelerándola o retardándola. Por lo tanto, es necesario hablar sobre la melatonina, una hormona producida por el aminoácido esencial de triptófano, que favorece el sueño, regulando el ritmo cardíaco. Además, es importante tomar alimentos ricos en triptófano ya que generan cantidades idóneas de serotonina y ayudan a controlar el hambre.

De esta forma, teniendo en cuenta la regulación del nivel de azúcar en sangre, escogeremos alimentos ricos en nutrientes como los hidratos de carbono, los ácidos grasos omega 3 o el magnesio y huiremos de cenas ricas en proteínas que producen un efecto enérgico y necesitan mayor tiempo de digestión.

Los cereales como los copos de avena pueden ser una opción para cenar si buscamos descansar mejor. Estos son grandes fuentes de triptófano y poseen un gran contenido de vitaminas del grupo B, que ayudan a controlar el funcionamiento del sistema nervioso.

Por otra parte, los lácteos como el queso fresco o el yogur contienen el magnesio y el zinc necesarios para la absorción del triptófano y nos ayudarán a conciliar mejor el sueño. En el caso de que presentes alguna intolerancia a los lácteos, puedes optar por alimentos ricos en omega 3 como el atún, el  salmón, la  trucha, las sardinas o las anchoas. Los pescados azules y grasos  disminuyen los síntomas de la ansiedad y trastornos del sueño.

De igual manera, frutas como el plátano o la piña son ricas en vitaminas y minerales y consiguen favorecer la digestión y asociarse a un mejor descanso debido a la producción de serotonina que generan.

Pero hablamos de alimentos ricos en vitaminas del grupo B, para provocar la estabilización del sistema nervioso central, es necesario saber que los frutos secos como las nueces o los cacahuetes son necesarios. También las almendras, son ricas en grasas monoinsaturadas saludables, fibra y antioxidantes que permiten reducir la inflamación dañina. Por lo tanto, consumir entre 25 y 30 gramos de frutos secos antes de dormir, será beneficioso para nuestro organismo y mejorar nuestro descanso.

Por último, la cena es una de las comidas indispensables del día a día y aunque resulte tentador no ingerir alimentos para mejorar la digestión o controlar el peso, solo conseguiremos empeorar el síndrome del estómago vacío. Además, entre las rutinas que no debemos realizar antes de dormir, está la de practicar ejercicio físico inmediatamente antes de irnos a la cama. Sí que es recomendable practicar ejercicio diario pero hacerlo dos horas antes de irnos a dormir podría provocar insomnio debido a la activación del sistema nervioso central. De esta manera, si practicas deporte, intenta dejar un margen de 3 horas antes de meterte en la cama. Ahora sí: ¡Dulces sueños!