Por todos es sabido que dormir es como el comer o el aire que respiramos, es una necesidad vital. El descanso nocturno hace que nuestro cuerpo y mente se regenere. Por ello tener unos correctos hábitos de sueño y dormir las horas que nuestro cuerpo necesita es fundamentar para que el día transcurra con la energía y vitalidad que la vida diaria nos exige. La falta de sueño genera fatiga y cansancio mental e impide que podamos desarrollar nuestras tareas cotidianas conforme es debido.

La falta de sueño genera fatiga y cansancio mental

El sueño parece que queda en un segundo plano cuando se habla de los hábitos saludables. Por norma se tiene en cuenta la alimentación y el ejercicio físico, pero también sabemos que una mala noche pasa factura a lo largo del día. Cansancio, falta de concentración, somnolencia… en definitiva, la falta de sueño genera fatiga y cansancio mental. Sin embargo, cuando esta falta de descanso se convierte en algo que se repite a lo largo de las noches se convierte en un verdadero problema y llegan los llamados trastornos del sueño.

Dormir poco tiene graves consecuencias para la salud, ya que altera las funciones del organismo. Además, reduce la esperanza de vida, la consolidación de memoria o el estado físico de las personas. Los expertos señalan que hasta un 30% sufre problemas de insomnio, siendo este el trastorno más frecuente. Otro de los más usuales, en la población española, es la apnea del sueño que afecta a entre el 2 y 4% de la población.

Cuando dormimos poco, las defensas bajan por lo que nos volvemos más débiles, nuestro sistema inmunológico no tiene fuerzas para hacer frente a virus y bacterias por lo que tenemos una mayor propensión a caer enfermos. Además, los trastornos del sueño (insomnio, apnea, narcolepsia, sonambulismo, terrores nocturnos, parasomnias, parasomnias…) no solo provocan cansancio, irritabilidad, somnolencia, falta de concentración, despistes, etc. sino que considerados factores de riesgo que pueden implicar diferentes tipos de dolencias como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, etc.

El estresante ritmo de vida que actualmente llevamos y ciertas responsabilidades que conllevan algunas profesiones provocan que algunas personas padezcan estos trastornos del sueño, así como una fatiga persistente, dolores musculares y de huesos, cefaleas, problemas de memoria, etc. Además, el cansancio mental también provoca cansancio físico tal y como demostraron algunos estudios. Según las investigaciones, cuando se intenta realizar tareas mentales y tareas físicas a la vez, se activan áreas específicas (como la corteza prefrontal del cerebro) lo que puede causar que el cuerpo se fatigue mucho antes que si solo se hubiera realizado una tarea física.

Cómo dormir mejor

La Sociedad Española del sueño define la higiene del sueño “como el conjunto de comportamientos y recomendaciones ambientales destinadas a promover el sueño saludable. Esta se desarrolla originalmente para su uso en el tratamiento del insomnio leve a moderado”. Sin embargo, esto puede ser aplicado a todo el mundo, ya que con estas pautas aprendemos hábitos de sueño que mejoran su calidad y con ello la salud.

Para lograr dormir correctamente podemos seguir unas pautas como, por ejemplo:

  • Asegurarnos que la cama y el dormitorio son cómodos. Para ello deberemos tener un colchón adecuado a nuestras necesidades y características. Además de una buena temperatura (ni frío, ni calor)
  • Es recomendable llevar hábitos de vida saludable y realizar ejercicio. Evitar el alcohol, la cafeína, la nicotina, comidas abundantes…
  • Tomarnos tiempo para relajarnos antes de ir a la cama
  • Dormir a oscuras, ya que su hay luz el cerebro interpreta que aún no es momento de dormir
  • No utilizar dispositivos electrónicos en las horas previas a dormir, ni en la cama
  • Si una vez dentro de la cama no logramos dormirnos es mejor levantarnos, hacer alguna actividad que nos relaje e intentar dormir pasados 10-15 minutos
  • Acostarse y levantarse aproximadamente a la misma hora todos los días contribuye a adquirir la rutina de sueño necesaria para descansar