Los cambios en los turnos laborales puede generar problemas de sueño incluso después de varios meses. A personas que han pasado a trabajar de noche les puede costar mucho lograr descansar adecuadamente en el día. 

Intentar dormir durante el día, en vez de por la noche, puede ser difícil ya que los humanos están naturalmente programados para estar despiertos durante el día y dormidos por la noche.

El cuerpo tiene un ritmo interno de sueño y vigilia que en la mayoría de las personas, generalmente cubre un ciclo de 24 horas. Debido a ese ritmo de sueño y vigilia, uno tiene sueño a ciertas horas del día y está más alerta a otras. Lo que más influye sobre este ritmo es la exposición a la luz externa.

Los turnos laborales suelen producir problemas con el sueño porque crean disparidad entre el ciclo biológico de sueño y vigilia y el horario de trabajo. Eso significa que cuando la persona con horario nocturno debe ir a trabajar, su ritmo interno desea dormir, mientras que cuando usted termina su trabajo y desea dormir, su cuerpo piensa que es momento de estar despierto.

Acostarse y levantarse  todos los días a la misma hora. Esto debe hacerse incluso cuando no se trabaje, porque eso permite al cuerpo adaptarse al horario. Cambiar el horario de sueño en los días en que no trabaja hace mucho más difícil para el cuerpo ajustarse a la rutina y menos probable que se logre dormir lo necesario a medida que avanza el tiempo. 

Si es tu caso te recomendamos seguir las siguientes pautas:

Trabajar con mucha luz. Al ir a trabajar, es conveniente rodearse de mucha luz brillante y si suele consumir bebidas con cafeína, hacerlo solo al principio del turno. Si durante el viaje de regreso a casa empieza a amanecer, colocarse lentes de sol e irse directo a la cama con las cortinas o las persianas tapando la luz exterior. Si retrasa la ida a la cama será más difícil conciliar el sueño.

Adecuar la habitación. Para propiciar el sueño deben cubrirse las ventanas con persiana o cortinas obscuras a fin de obstruir el paso a la habitación de todo tipo de luz externa y claridad. Además,  puede ayudarle usar una máscara para dormir en los ojos y ajustar la temperatura de la habitación para que esté templada y cómoda.

Ambiente tranquilo. Si otros familiares están en casa mientras usted duerme, pídales que respeten su necesidad de dormir. De ser posible, duerma en una habitación alejada de la zona familiar, la cual puede ser ruidosa. Desconecte los teléfonos y otros dispositivos electrónicos para que nada perturbe su sueño.

Menos alcohol y buena alimentación. El estilo de vida sano y activo promueve un sueño saludable. Ingerir una alimentación bien balanceada y consumir alcohol solo en mínima cantidad es recomendable porque, aunque parezca que el alcohol hace más fácil conciliar el sueño, también hace más difícil permanecer dormido. Además, ayuda hacer ejercicio regularmente.