¿Sueles sufrir molestias en la espalda frecuentemente? Debes saber que no estás solo en esto, es más habitual de lo que pensamos. Es un problema común, sí. Pero no debemos resignarnos a soportar estas molestias ya que pequeños cambios cada día pueden conseguir grandes mejoras en nuestra salud.

El estilo de vida que llevamos, largas jornadas sentados en la oficina frente al ordenador, interminables trayectos conduciendo… pueden provocar algunas molestias en nuestra espalda. Estos suelen ser en muchos casos los responsables de problemas relacionados con el sueño como, por ejemplo, el insomnio. Además, un colchón demasiado blando o demasiado duro no dará un soporte adecuado a tu columna vertebral, resultando lesiones y dolencias a largo plazo, empeorando el dolor en nuestra espalda.

Si te despiertas cada mañana con dolor de espalda, seguramente no estás descansando sobre un sistema de descanso adecuado. El factor más importante de todos, el colchón, debe ofrecer un nivel de firmeza adecuado combinado con un nivel de adaptabilidad máximo que permita eliminar los puntos de presión en la zona cervical y lumbar.

¿El colchón en el que duermes se hunde demasiado cada vez que te acuestas? ¿O se parece más a una superficie de ladrillos? A la hora de elegir un colchón, busca uno que se adapte a tus necesidades consiguiendo que tu cuerpo consiga la postura ideal para dormir.

Otro de los motivos por los que puedes sufrir dolor de espalda es la postura que adoptas al dormir. Esto puede llegar a afectar en gran medida a la calidad de nuestro sueño y, por lo tanto, a nuestra salud en general.

Si duermes boca arriba, lo más recomendable sería utilizar una almohada firme bajo de las rodillas para conseguir una postura natural y un correcto soporte. La curva natural entre tu cuello, hombros y cabeza la proporcionará la almohada bajo de tu cabeza.

Aunque dormir boca abajo no se recomienda ya que no es la postura adecuada para dormir, si lo haces, asegúrate de elegir una almohada de altura baja y no demasiado dura. Una mala postura mientras dormimos puede provocar dolores y molestias al despertar y prolongarse a lo largo del día.

La postura recomendada por la mayor parte de expertos es de lado. En el caso de estar embarazada, siempre del lado izquierdo.

En cualquiera de los casos, busca una almohada que se adapte a tus necesidades ya que dependiendo de la morfología de cada uno, necesitaremos una almohada diferente.