Dormir bien es tan importante como la alimentación. Nos mantiene más sanos, más jóvenes. Y no sólo eso, Además, nos ayuda, incluso, a adelgazar.

Sin embargo, el ritmo de vida actual cada vez retrasa más la hora de acostarnos, restándole horas de sueño al organismo.  

Los expertos aconsejan que demos prioridad al sueño y organicemos las actividades de nuestra vida para asegurar las horas de descanso necesarias. 

Las horas de sueño deben oscilar entre 6 y 9 horas en un adulto sano, aunque esto depende de lo que cada persona necesite para sentirse en buenas condiciones al día siguiente. Por la noche, cuando nos vamos a la cama, es importante alejarnos de los smartphones y tablets, además de dedicar algunos minutos a técnicas de relajación. 

Por otro lado, la alimentación también influye de manera directa a la calidad del descanso. Es mejor cenar pronto e incluir alimentos de fácil digestión. 

Además, practicar ejercicio nos ayudará a conciliar el sueño siempre y cuando no hagamos deporte a última hora del día puesto que nos activará. Es mejor hacer deporte por la mañana o a primera hora de la tarde si la temperatura lo permite. 

Aunque estos consejos se pongan en práctica es posible que llegue el momento, nos metamos en la cama y no podamos caer en los brazos de Morfeo. Si esto ocurre lo más recomendable es levartarse e ir a algún lugar tranquilo y relajante de nuestra casa. Evita comer, leer, utilizar el móvil o tablet. Cuando estemos relajados, vuelve a la cama de nuevo. 

Si no podemos dormir y seguimos en la cama puede invadirnos una sensación de ansiedad que no ayudará a que conciliemos el sueño.