En las noches más calurosas de verano, conciliar el sueño puede volverse complicado. Las altas temperaturas, el ruido y los mosquitos a veces provocan que tengamos que emplearnos a fondo en una tarea tan fácil y natural como dormir. Por eso hoy compartimos algunos consejos para dormir bien a pesar del calor y evitar así el temido maratón de vueltas en la cama.

¿Por qué nos cuesta más dormir en verano?

El calor

Si partimos de la afirmación que la temperatura ideal para dormir está entre los 18 y los 22 grados, no resulta difícil adivinar por qué tres de cuatro españoles duermen peor en verano. A partir de los 24 grados nuestro cuerpo empieza a tener dificultades para conciliar el sueño. El descenso de la temperatura corporal es uno de los factores que provoca somnolencia y, si no podemos perder con facilidad algunos grados de temperatura interna, lo que sí perderemos serán horas de sueño. El calor altera la eficacia y calidad del sueño, haciendo que sea más superficial y provocando numerosos despertares.

La melatonina

La cantidad de horas de sol también influyen en nuestro ciclo de sueño. La luz es la responsable de regular la melatonina, una sustancia que se libera en nuestro cerebro en condiciones de oscuridad y que indica a nuestro cuerpo que es hora de dormir. En verano, con el retraso de la puesta de sol la melatonina empieza a generarse también más tarde, lo que pospone la hora en la que somos capaces de conciliar el sueño.

El cambio de rutinas

Además, las vacaciones suelen cambiar nuestra rutina, comemos más y más tarde y dormimos siestas más largas y a horas intempestivas. Somos animales de costumbres, y este desorden en nuestros hábitos alimenticios y de sueño puede afectar a la calidad de nuestro descanso.

Consejos para dormir mejor en verano

Mantén horarios regulares

Ya sabemos que, con las vacaciones, nuestro ritmo de vida cambia y los horarios prácticamente desaparecen. No obstante, es importante mantener una rutina constante a la hora de dormir. Intenta acostarte y levantarte siempre a la misma hora, procurar que te dé el sol por la mañana y evita la luz y la actividad intensas en las últimas horas del día.

¡Ojo con las siestas!

Con el tiempo libre y el bochorno del mediodía es tentador incorporar las siestas “de pijama” a nuestro plan para las vacaciones. No obstante, los expertos recomiendan que las siestas no duren más de media hora. 15 0 20 minutos serán suficientes para cargar las pilas y no despertarte con esas sensación de “jet lag” que acompaña a las siestas largas. Por encima de estos tiempos, es probable que alteres tu ciclo de sueño y tengas dificultades para conciliar el sueño por la noche.

Cena pronto y ligero

Esta costumbre vale para cualquier época el año, pero debemos tenerla especialmente en cuenta en verano pues, como alargar el día, tendemos a retrasar inconscientemente la hora de la cena. Lo ideal es cenar entre 2 y 3 horas antes de acostarse, para que tu cuerpo tenga tiempo de hacer la digestión y pueda centrarse en alcanzar el sueño. Además, elige alimentos frescos y bajos en grasas, pues la digestión  comidas copiosas genera una energía extra que deriva en calor. Y lo último que necesitamos en nuestro en verano es sumar grados a nuestra temperatura corporal.

Una cama transpirable

Las fibras naturales son las mejores, especialmente en verano. El algodón, la seda o el bambú son materiales especialmente transpirables. Estas fibras evacuan el aire caliente generado por nuestro cuerpo, lo que disminuye la sensación de calor.

El colchón Bambú Evolution es, en este sentido, el más confortable del mercado. Su módulo termorregulador de grafeno, de alta conductividad térmica, potencia la evacuación del calor que acumula el cuerpo durante el descanso. Además, su módulo de aireación facilita la transpiración gracias a su diseño en canales. Su núcleo viscoelástica de celdas abiertas permite que el aire circule a través del colchón, evitando la acumulación de calor y humedad.

Asimismo, no olvides cambiar el lado de uso de tu colchón. Todos los colchones de ViscoConfort disponen de una cara de uso para verano y otra para invierno, adecuadas a las necesidades de tu cuerpo en cada época del año.

Del mismo modo, existen almohadas que disponen también de doble cara de uso. La Almohada Bambú cuenta con una cara de verano que incorpora tejido tridimensional de gran frescor y transpiración. Por su parte, la cara de invierno está confeccionada en un tejido Strech de tacto suave, muy acogedor.

No olvides utilizar sábanas y pijamas de tejidos frescos y ligeros. Además, en noches especialmente calurosas, puedes introducir las sábanas en el congelador dentro de una bolsa hermética unos minutos antes de dormir. ¡Ya verás que fresquito!

Mantén fresca la habitación

Ya hemos hablado de lo importante que es la temperatura a la hora de conciliar el sueño. Os damos algunos consejos para combatir el calor en las noches estivales.

  • Mantén persianas y ventanas cerradas en las horas centrales. Esto evitará que el sol entre en las horas que calienta con más fuerza y mantendrá una temperatura más estable en el interior.

  • Ábrelas por la noche, cuando la temperatura exterior ya no sea tan alta, para mantener las habitaciones ventiladas y aligerar la condensación de calor y humedad acumulados durante el día.

  • Si no consigues una temperatura confortable de forma natural, enciende el aire acondicionado. Lo ideal es hacerlo un rato antes de ir a dormir o con un programa nocturno que evite el enfriamiento excesivo. Puedes leer todos más consejos sobre cómo usar el aire acondicionado por la noche en este artículo.

  • Si no tienes aire acondicionado, prueba a poner un cuenco lleno de hielo frente a tu ventilador ¡funciona!

Una ducha templada

Templada, que no fría, esa es la clave. Después de una ducha fría, tu organismo genera calor extra para recuperar la temperatura corporal habitual. Una ducha tibia antes de dormir relajará tus músculos y el pelo húmedo hará que te sientas más fresco, ayudándote a descansar mejor.

Evita las bebidas alcohólicas y excitantes.

Estas bebidas perjudican el sueño en cualquier estación, pero especialmente en verano. El alcohol es un deshidratante natural, y durante el período estival la hidratación es clave para combatir el calor. Además, aunque se crea se descansa mejor, el alcohol crea justo el efecto contrario. Convierte el sueño en un “sueño hipnótico” y no permite alcanzar la segunda fase del sueño profundo.

Dormir en verano a veces puede hacerse complicado, pero con estos consejos conseguirás combatir el calor y el insomnio.

¿Y tú? ¿Tienes algún truco infalible para dormir en verano?