Son muchos los que aprovechan estos días de vacaciones para viajar. Si eres uno ellos y planeas saltar zonas horarias estas Navidades es posible que sufras los efectos del temido jet lag. Hoy te contamos qué es y cómo superarlo.

El jet lag es el resultado de la alteración de nuestro reloj biológico. Él es el encargado de controlar nuestro ritmo circadiano, el cual es un reloj interno casi constante en el que influyen factores externos como la luz, la temperatura y el estilo de vida.

La melatonina controla todos estos relojes. Esta hormona, producida por el reloj central, produce en nosotros somnolencia cuando oscurece y controla nuestra temperatura corporal mientras dormimos.

Cuando viajamos a una zona horaria distinta se alteran nuestros relojes corporales. A cada uno de ellos les cuesta ajustarse un tiempo diferente. A la mayoría de las personas les lleva unos días adaptarse por completo, dependiendo de la cantidad de franjas horarias que cruzan y la dirección en la que viajan.

Resulta más problemático viajar hacia el este, ya que los días se acortan y esto dificulta la adaptación. En cambio, si se viaja hacia el oeste, se ganan horas y, por lo tanto, el cuerpo tiene más tiempo para hacer los ajustes necesarios.

Entre los síntomas del jet lag encontramos fatiga, indigestión, pérdida de apetito, problemas de concentración y memoria o una sensación de malestar general.

Hay ciertas cosas que pueden ayudarte a superar el efecto que tiene el jet lag en nuestro organismo:

Una semana antes del vuelo intenta comenzar a adaptarte al nuevo horario, si en tu lugar de destino es más tarde, acuéstate más tarde que de costumbre. Si por el contrario en tu destino es más temprano, acuéstate y despiértate antes. Al fin y al cabo se trata de ajustar nuestro reloj biológico de manera paulatina. Además, la noche antes de tomar el vuelo es importante dormir bien, por lo menos, 7 horas.

Durante el vuelo ajusta tus horas de sueño al horario de tu destino. Intenta dormir durante el viaje. Ve preparado: lleva una almohada, tapones para los oídos y un antifa si te ayuda a descansar mejor. Bebe mucho agua para mantenerte hidratado y si vas a aterrizar de noche deberás evitar las bebidas con cafeína.

Una vez hayas aterrizado, ajusta tus horarios a los horarios locales así como exponerte a los rayos del sol todo lo que puedas. Aunque puede que nada más llegar lo que más te tiente sea ir directo al hotel y meterte en la cama, evítalo, no te ayudará en absoluto. Realizar ejercicio es una buena idea ya que disparamos endorfinas, haciéndonos sentir mejor, te ayudará a conciliar el sueño. Recuerda estirar bien los músculos para deshacerte de la rigidez tras un largo vuelo.

¡Buen viaje!