Puede que seas de esos que duerme con pijama de los que no soportan tener una sábana encima o de los que ponen el aire acondicionado a máxima potencia para poder descansar tapado. Existen infinidad de opciones y preferencias pero hay una que es la más recomendable. 

Aunque parezca increíble, hasta en las noches más calurosas existen momentos en los que taparte con una sábana sería lo más adecuado. ¿Por qué? La respuesta se encuentra en las variaciones de temperatura que sufre tu cuerpo durante la noche. 

La temperatura corporal humana no es siempre la misma, y a lo largo del día presenta fluctuaciones. Una de las más grandes, y que provoca una gran bajada de la temperatura de tu organismo, se produce durante la madrugada. Esto se debe a que los mecanismos de termorregulación no actúan tan eficientemente mientras duermes, como consecuencia de la fase REM.

Este proceso es el responsable de que a veces nos despertemos con frío durante las primeras horas del nuevo día, aun habiéndonos destapado apenas un rato antes. Tener una sábana a mano siempre es importante.

Además de factores relacionados con la temperatura, existen otros algo más complejos. Algunos de ellos implican nuevas sinapsis y comportamientos neuronales. Empezamos por la serotonina, que juega un papel muy importante en esto del sueño, siendo una de las principales precursoras. Los expertos explican que taparte provoca una descarga de serotonina en tu cerebro, haciéndote sentir bien y relajado. 

La clave se encuentra en que una suave presión sobre tu organismo es capaz de activar los correspondientes mecanismos neuronales. Por lo tanto, más que la temperatura que te aporta la sábana, es su propio peso, su contacto, el que lo pone todo en marcha.