Los trastornos del sueño durante el embarazo son muy comunes, de hecho, se estima que el 70% de las gestantes padece algún trastorno del sueño. Se trata de una situación que, aunque no afecta ni a la salud de la embarazada ni a la del feto, provoca que las mujeres se sientan fatigadas la mayor parte del día.

A lo largo del embarazo, el cuerpo experimenta un sinfín de cambios. Durante el primer trimestre, se experimentan tanto cambios emocionales como físicos y hormonales caracterizados principalmente por la somnolencia excesiva, el insomnio y el calor.

En el segundo trimestre de gestación es habitual que se reduzca la sensación de sueño y cansancio debido a que te habrás adaptado al cambio hormonal.

Durante el tercer trimestre, sin embargo, llegan las molestias derivadas de los movimientos fetales o una mayor necesidad de ir al baño constantemente. Esto provoca que, durante esta última fase, los despertares sean más frecuentes y por tanto te notarás más cansada durante el día. Además, el síndrome de piernas inquietas es otro de los trastornos asociados al embarazo, especialmente en el último tramo, ya que se relaciona con la reducción de los niveles de hierro. Este síndrome se trata de una desagradable sensación en las piernas descrita como hormigueos o cosquilleos, suele empeorar durante la noche o en las horas previas a acostarse y pueden aliviarse con el movimiento o estirando las piernas.  

Aunque cada mujer es diferente, toma nota de estos sencillos consejos que pueden ayudarte a descansar mejor:

  • Cuidar tu dieta es fundamental. Tu alimentación debe ser variada y equilibrada. Realiza comidas livianas pero frecuentes. Te recomendamos una dieta baja en grasas dos horas antes de dormir.  También es muy importante mantener la hidratación. Aunque es aconsejable disminuir la cantidad las horas antes de acostarse.

  • Tomar hidratos de carbono de cadena larga te ayudará a regular el azúcar mientras duermes, esencial para tener un descanso de calidad.

  • Practica ejercicio moderado al menos durante 30 minutos al día, quemando energía llegarás a la cama más relajada. Eso sí, nunca a última hora del día o te reactivarás.

  • Encuentra una rutina que prepare el momento del sueño: un baño de agua caliente, un masaje, leer un libro, escuchar música suave…

  • Duerme cómoda: una de las posturas más aconsejables es tumbarse del lado izquierdo, a ser posible con un cojín entre las piernas. De este modo, se evita que el útero presione los grandes vasos y provoque mareos y edemas.