Todas las personas, en alguna situación de su vida, puede haber roncado durante la noche, ya sea por un simple resfriado o por una postura inadecuada durante el sueño. El problema llega cuando roncar se convierte en un comportamiento habitual en tu vida, pues puede entorpecer el sueño de los que te rodean e incluso el tuyo propio.

Los ronquidos pueden estar relacionados con la edad, el tono muscular de la garganta, la forma del pasaje nasal, el paladar hendido, problemas nasales, exceso de peso, consumo de alcohol o de tabaco, e incluso con algunos medicamentos que influyen con las posturas al dormir. Si al roncar tienes la boca cerrada, se puede tratar de un problema en la lengua