En cuanto cuál es el mejor momento para dar el paso de la cuna a la cama, dependerá de cada niño, ya que no todos son iguales. Generalmente, la edad aproximada se encuentra entre los 2 o 3 años. Lo más recomendable es que no se trate de un cambio brusco, sino que sea un proceso suave y progresivo para que el niño no se sienta presionado. No tengais prisa, lo mejor es llevar a cabo este cambio de manera paulatina.

Hay ciertas señales que nos pueden indicar que el niño está listo para el cambio. Por ejemplo, podríamos observar un aumento de actividad así como intentar ponerse de pie en la cuna, tratando incluso salir de ella. En este momento es cuando la cuna ya no es un lugar adecuado para su descanso. Por supuesto, el crecimiento del niño será determinante para tomar la decisión de dar el paso de la cuna a la cama de mayores ya que podría estar incómodo por falta de espacio. El desarrollo de los niños establece las fases de cambio.

Es muy importante implicar a los niños en esta decisión, aunque en algunos casos puede ser un proceso complicado, para la mayoría es muy emocionante ya que significa que se hacen mayores.

Este tipo de cambios suelen venir acompañados de otros como la entrada al colegio, la operación pañal… Si el niño encuentra dificultades para asumir todos estos cambios podemos plantearnos posponer algunos hasta que esté preparado. Si va a llegar un nuevo miembro a la familia es recomendable realizar el cambio unos meses antes de la llegada del hermanito/a ya que podrían surgir celos del recién nacido.

Hacerle partícipe de todo el proceso es muy importante ya que le hará sentirse involucrado en el proceso y que tenemos en cuenta su opinión. Una buena idea es que colabore en la elección de su nueva cama, las sábanas, incluso, la decoración. Con todo ello, aunque esté predispuesto al cambio, es posible que al principio tenga problemas para conciliar el sueño. No os preocupéis si esto ocurre ya que es completamente normal. Si el niño tiene como costumbre dormir con algún peluche o manta será de gran ayuda mantenerlo, le hará sentir más cómodo y protegido.

Además, animarle y reconocerle el mérito de su esfuerzo ayudará a que afronte este nuevo reto con éxito.

Recuerda que esta transición debe ser gradual, dejando un tiempo de adaptación al pequeño para acostumbrarse a dormir solito. 

Si estás pensando en cambiar a tu hijo de la cuna a la cama y no sabes cómo debe ser el colchón infantil, no dudes en contactar con nuestro equipo de asesores del descanso. 

¡Hasta la próxima!