Todos hemos pasado alguna noche en la que no dejamos de dar vueltas y no conseguimos pegar ojo. Generalmente, cuando esto nos ocurre, pensamos que puede deberse al estrés del trabajo, las preocupaciones de nuestro día a día o que hemos tomado un café más tarde de lo que deberíamos pero, ¿alguna vez te has planteado que si no descansas bien el color de tu habitación puede ser el motivo?

Parece que los colores con los que decoramos nuestro dormitorio puede influir tanto en la cantidad como en la calidad de nuestro descanso. Algunos estudios afirman que aquellas personas con habitaciones de color azul duermen mejor. El motivo parece ser la existencia de receptores especializados, llamados células ganglionares de la retina en los ojos, que son más sensibles al color azul. Estos receptores controlan el ritmo de nuestro cerebro las 24 horas y afecta a cómo nos sentimos a lo largo del día.

El azul está relacionado con un mejor descanso, así como un despertar más positivo y enérgico. Según algunas encuestas, este color nos proporciona una sensación de calma, relajación y bienestar. También ralenitza el ritmo cardíaco y reduce la presión arterial, por lo que ayuda a reducir el estrés. 

Todo apunta a que aquellas personas que duermen en habitaciones decoradas con colores como el amarillo, el azul o el verde obtienen un mejor descanso. Por lo que es importante que aquellos colores que elijamos en nuestros dormitorios nos proporcionen una sensación de calma y nos induzcan el sueño.

Parece ser que, así como existen colores que nos ayudan a descansar, también hay ciertos colores que pueden dificultar que conciliemos el sueño. El color morado tiene un efecto estimulante por lo que no se recomienda utilizarlo en nuestro dormitorio ya que podría reducir nuestras horas de sueño. Este color activa la creatividad y dificultaría que nuestro cerebro “desconectase”, lo que puede provocar que no sintamos cansados por la mañana. Tampoco se aconseja el color gris, así como el marrón.

¿Conclusión? Decora tu habitación con tonos azules y descansa más y mejor. Aunque si este color no es tu estilo, colores cálidos o neutros como el amarillo claro pueden ser apropiados para un dormitorio ya que nos proporcionan una sensación acogedora.

Eso sí, ten en cuenta que, si tienes problemas para conciliar el sueño, cambiar el color de las paredes de tu habitación no será suficiente. Recuerda que una rutina y unos buenos hábitos del sueño son fundamentales. Y lo más importante, descansar en un colchón que se adapte a tus necesidades con el que consigamos un sueño reparador.

¡Buenas noches!