Llega el invierno y con él la bajada de temperatura, la lluvia, el viento… Es la época del año en la que más nos apetece resguardarnos en nuestras casas, ¡Por no hablar de lo que nos cuesta salir de la cama!

En muchas ocasiones tendemos a abrigarnos en exceso. Y cuando esto pasa el calor puede ser el gran enemigo de nuestro descanso. Es muy importante mantener una buena temperatura durante la noche para que la calidad de nuestro sueño no se vea afectada.

Mucha gente mantiene sus casas y, particularmente, sus dormitorios demasiado calientes. Los expertos aconsejan que la temperatura del dormitorio no sea superior a 21 grados, de hecho, la temperatura óptima sería entre 19 – 21 grados. Un ambiente ligeramente fresco puede mejorar la calidad de nuestro sueño. Por lo que no hay que pasarse con la calefacción. Es más, si sudas por las noches, mide la temperatura de tu habitación, puede ser el motivo.

Sin embargo, nuestro cuerpo suele perder temperatura mientras dormimos y hay algunos factores externos que pueden incidir en esto.

Una buena idea sería darnos un baño o una ducha una hora antes de acostarnos, para aumentar la temperatura de nuestro organismo. Tomar una infusión caliente también nos ayudará a descansar mejor. Recuerda mantener la cama lejos de los muros exteriores.

Dormir con calcetines ayuda a conciliar el sueño, los pies son la parte del cuerpo que pierde temperatura con mayor facilidad, de ahí que sea la zona que más fría tenemos cuando nos vamos a la cama. De hecho, según un estudio, las personas que duermen con ellos se despiertan menos veces durante de la noche. Aunque parezca obvio, es importante dormir con pijamas adecuados para cada época del año.

Tu cama debe ser uno de los lugares más cómodos de tu casa, al fin y al cabo, pasamos entre 7 y 9 horas al día en ella. Los factores para un buen descanso son variados pero sin lugar a dudas la ropa de cama está entre los más importantes ya que nos ayuda a mantener la temperatura corporal mientras dormimos.

Para que seas capaz de elegir la opción que mejor se adapta a tus necesidades es importante conocer las ventajas e inconvenientes de los distintos tejidos:

  • Algodón: Es un material natural, ligero y cómodo. Aunque se arruga, es altamente transpirable y aislante, más fresco en verano y más cálido en invierno. Reduce el riesgo de alergias y es muy agradable al tacto.

  • Poliéster: Se trata de un material sintético. Una de sus características es su resistencia. No se arruga fácilmente. Pesa poco y tiene poca capacidad transpirable. Además, es una opción más económica.

  • Mezcla algodón y poliéster: Se caracteriza por la resistencia y durabilidad propia del poliéster. La ligereza y frescura del algodón. Se arruga menos.

¿Cuál es vuestro tejido preferido? ¿Tenéis algún truco para domir mejor en invierno? Compártelo con nosotros dejando un comentario ☺

Imagen: UPMC HealthBeat